14 de Agosto, 2025
No es una sorpresa que la administración Trump impuso nuevos aranceles del 50% a la mayoría de los productos brasileños. Sin embargo, de acuerdo al Financial Times, la incertidumbre se intensifica para Brasil —el segundo mayor exportador agrícola del mundo— por la posibilidad de aranceles adicionales por la compra de diésel y fertilizantes rusos, que han sido adquiridos con descuentos desde el inicio de la guerra en Ucrania.
El comercio entre Brasil y Rusia se ha duplicado en los últimos cinco años, alcanzando los 12,400 millones de dólares en 2024. Brasil —altamente dependiente del diésel importado para su transporte terrestre y maquinaria agrícola— aumentó sus compras de este combustible a Rusia de 95 millones de dólares en 2022 a 5,400 millones de dólares en 2024. Este aumento convierte a Brasil en el segundo mayor comprador de diésel ruso después de Turquía. Aunque los descuentos iniciales del 30% han disminuido, los ahorros anuales para Brasil superaron los 500 millones de dólares en 2023 y los 400 millones de dólares en 2024.
La preocupación por las posibles nuevas sanciones también se centra en el suministro de fertilizantes. Brasil importa alrededor del 85% de los fertilizantes que necesita para su sector agroindustrial. Rusia es el principal proveedor de estos, con 3,500 millones de dólares en 2023. Aunque los fertilizantes nitrogenados no se consideran derivados del petróleo, existe el temor de que la administración de Trump utilice una definición más amplia. La situación actual complica las cadenas de suministro de exportaciones agroindustriales clave, como la soja, el café y la carne, y amenaza con reducir la actividad económica brasileña por la dependencia en el diésel para el transporte.
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