Por Procure Latam
22 de Diciembre, 2025
El lunes 15 de diciembre vivimos una instancia de encuentro y cruces de información esencial para navegar la volatilidad en estos tiempos de incertidumbre. Felipe Manterola, Executive Director de Procure Latam, sostuvo una larga conversación junto a Guillermo Bernal, Director de Asuntos Públicos en American Chamber México, con línea directa a las preocupaciones de las empresas, y David Zabludowsky, Director en IQOM Strategic Advisors, especialista en política comercial desde Washington y el USMCA. Ambos referentes internacionales, con un amplio conocimiento sobre las dinámicas geopolíticas actuales y la reconfiguración de las relaciones comerciales entre los países. Con asistentes de Chile, México, Guatemala, Perú, El Salvador y más países de la región, el webinar se centró en obtener información que nuestros expertos piensan como crucial para enfrentarse al contexto comercial actual.
La instancia fue el resultado de una alianza entre Procure Latam y el programa Bridge 49, una iniciativa impulsada por la US-México Foundation y la American Chamber de México, buscando impulsar la competitividad e impulsar las relaciones comerciales con la frontera norteamericana.
Para David Zabludowsky, los últimos once meses han sido críticos. Hizo hincapié en cómo las políticas económicas de Estados Unidos se han centrado en la recaudación fiscal, con argumentos fundados en el tráfico de fentanilo, la inmigración o las disputas políticas. Reconoce que los aranceles han tenido múltiples objetivos, y esto ha resultado en una reconfiguración completa del sistema comercial. Al día de hoy, el arancel promedio de Estados Unidos es cercano al 15%, una cifra que hace un año oscilaba entre el 2.5% y el 3%.
Sin embargo, también resalta que durante los últimos sesenta días, el entorno se ha vuelto aún más cambiante. Los obstáculos a los que se enfrenta Trump durante estos días han motivado medidas más cautelosas o, derechamente, recular de ciertas decisiones. Zabludowsky ha logrado diferenciar tres tipos de piedras de tope para las políticas arancelarias. Primero, está el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que podría acotar significativamente el poder para imponer estos aranceles; le siguen un contrapeso económico, pues los consumidores finales están sintiendo el impacto de los aranceles en los precios de venta al público. Y, por último, cómo ese contrapeso económico ha significado un aumento en el nivel de opositores a su administración.
Guillermo ha construido su perspectiva sobre las políticas arancelarias desde el lugar de las empresas. Destaca que la Amcham (Cámara Americana de Comercio en México) busca crear climas de negocios adecuados para la comunidad binacional México-Estados Unidos. En este momento, la Amcham representa a cerca de 1,400 empresas que, en su conjunto, suman cerca del 25% del PIB.
Reconoce que las preocupaciones han ido mutando: comenzaron siendo algo muy específico, un tema de preocupación técnica que se ha ido profundizando. Ahora, la principal inquietud apunta a saber hacia dónde se dirigen los aranceles, y cómo las empresas pueden blindarse frente a esas políticas comerciales. Empujando, sobre todo, la conversación en torno al Tratado de Libre Comercio entre EE. UU., México y Canadá (T-MEC). Este dominio sobre los mercados, asegura Bernal, se ha vuelto una herramienta más geopolítica que comercial. El debate ya no se trata sobre libre comercio o economías proteccionistas. Va sobre seguridad nacional, reducción de dependencia, empleo, soberanía y competencia estratégica.
Esto ha provocado cambios en la manera de planear las inversiones y desarrollar las cadenas de suministro. Las preocupaciones, entonces, son claras: la primera es la incertidumbre. Cuándo aparecen los aranceles, cuánto durarán, a qué productos afectarán. Esto, asegura Guillermo, afecta mucho más que el valor mismo del arancel. La segunda preocupación es la ruptura del sistema de coproducción entre México y Estados Unidos, donde el límite entre la producción con participación de ambos había tendido a difuminarse. La última gran preocupación es la ruta de acción para el futuro. Cómo las empresas construyen a partir de este punto.
Las desarticulaciones han debilitado la posibilidad de alianzas estratégicas para seguir apostando por la integración y competir como bloque. Hoy China concentra una proporción creciente del valor agregado manufacturero mundial, y esto se ha convertido en un reto estratégico. Al final del día, la búsqueda desesperada por la reducción de la dependencia de China, ha hecho que la región completa se vea debilitada.
Felipe Manterola presencia el impacto de los aranceles desde otro frente: el corporativo. Wherex es una plataforma tecnológica de suministros, que busca conectar la demanda de las empresas por insumos y servicios con proveedores, para generar un clima de competencia y apertura.
Manterola asegura que los más de 60,000 proveedores que tienen en Wherex se están viendo tremendamente afectados por los cambios en las políticas arancelarias. Hoy en día, la actividad comercial internacional se ha desincentivado, yendo desde un modelo de coproducción a una guerra comercial. En este contexto, asegura, el nearshoring tomó tanta fuerza que el resto de Latinoamérica lo consideró un fenómeno económico a adoptar. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, en un principio el panorama fue desolador: compañías que fabricaban baterías para automóviles, productores de pintura, piezas de acero y hornos industriales cayendo en la quiebra por el impacto en su clientela norteamericana. Al día de hoy se han congelado las decisiones y se han vivido caídas abruptas de stock y el congelamiento de planes de expansión.
Ahora se vive una especie de normalización contenida, con reacomodaciones en la matriz productiva de las empresas y una búsqueda constante de diversificación para regresar a la competitividad. Esto ha terminado por generar excesos de demanda sobre el empleo, vastas competencias para los trabajos e incrementos de costos.
Felipe destaca algunas prácticas comunes al hacer negociaciones: se han visto incrementos tremendos de los RFIs, compañías que intentan repensar y dar una nueva dinámica a sus procesos productivos y relación con proveedores. Se está compitiendo mucho más que antes por la demanda, donde los factores que impulsan la acción son el alto estrés corporativo; una toma de decisiones más prudente y de menor alcance, y la búsqueda de mayor competencia al redefinir dinámicas y necesidades corporativas.
Para Guillermo, algo que está frenando a las empresas para reaccionar a tiempo a los aranceles es el cambio constante que estos mismos experimentan. Esto dificulta la toma de decisiones a largo plazo, y las empresas se ven obligadas a enfocarse en el mediano. Esto también termina por ser contraproducente para las políticas de Trump, pues termina por obstaculizar objetivos como atraer manufactura a los Estados Unidos.
El sesgo de normalidad también es un punto considerable a destacar. Muchas empresas asumen que las medidas se suavizarán, sin embargo, es muy común que los cambios tiendan a postergarse indefinidamente.
Es evidente que la reacción a tiempo se ha convertido en un desafío. Y hoy en día, anticipar puede ser más efectivo que atender. Bernal asegura que el punto crucial es saber cómo procesar la información, destacando cuatro etapas de monitoreo: primero está la política y regulatoria, donde se sopesa la influencia geopolítica por sobre la decisión, pues esta dejará de ligarse únicamente a decisiones de mercado. La segunda capa es operativa y comercial: cambios en los tiempos de cruce, acumulación de inventario en las fronteras o centros logísticos involucrados. En tercer lugar se encuentra la inminencia: cuáles son las reglas de origen y cumplimiento, cuál es la exposición a auditorías y cómo se construyen los mecanismos de respuesta. Por último, resalta el diálogo institucional para fomentar la cooperación entre empresas con retos similares.
David resalta la importancia de comprender cuáles son los sectores más sensibles a los aranceles. Mientras algunos sectores pagan aranceles que van desde el 25% al 50%, la industria del acero ha logrado convencer a la administración Trump en muchos puntos de negociación importantes para llegar a sus acuerdos.
Zabludowsky cree que la lista de los aranceles por venir es más o menos clara: se trata de priorizar para proteger a los sectores
Felipe Manterola sabe que la tecnología no va a cambiar lo que está pasando ahí fuera, sin embargo, puede permitir tomar mejores decisiones. Lo primero que la tecnología brinda es visibilidad sobre las cadenas de suministro. Resalta que Wherex se trata, justamente, de generar entornos donde pueda medirse el comportamiento y tener una alta visibilidad para considerar opciones de materias primas o de producción. También es útil para comprender dónde se sitúan las instituciones en el mercado. Cuál será el comportamiento final o la pérdida de competitividad en relación al escenario previo de la organización.
Manterola apunta a hallazgos importantes sobre la influencia que tiene la tecnología en las organizaciones: como el potencial ahorro de un 1.9% frente a proveedores extras, o la mayor elasticidad a la competencia gracias al nearshoring. Al final del día, asegura, la tecnología permite generar competencia y nuevos escenarios.
Reevaluar las prioridades frente al impacto de los aranceles es una especie de primer paso para mitigar los riesgos. Para Manterola, lo primero es identificar la exposición. Cuando no todas las empresas tienen claro qué porcentaje de su gasto depende de un origen específico, se alza su necesidad de tener un mapa de exposición por categoría.
Hoy, asegura, apenas comienzan a verse las reconfiguraciones de esos mapas de exposición a nivel de categoría. Sugiere hacer un cálculo total de costos considerando la corrección arancelaria para reconsiderar a sus proveedores.
Lo segundo para Felipe es la revisión de contratos y cláusulas de ajuste. Muchas empresas descubren tarde que sus contratos no contemplan shocks arancelarios, y eso les hace perder capacidad de renegociación. Lo tercero para él es asegurar la continuidad operacional: esta característica, esencial para la buena salud de cualquier empresa, implica conocer los costos, las alternativas y potenciales traspasos.
A pesar de los insights, visiones y perspectivas, esta sigue siendo la pregunta central. Para David Zabludowsky hay muchos factores a considerar. Lo primero es no sobrerreaccionar a las noticias del día. Las estrategias de negociación de Estados Unidos pueden implicar el anuncio o amenaza arancelaria, y hay que tomarlos, en un principio, como ideas y no como normativas —sin dejar, por supuesto, de considerar con seriedad a los aranceles ya impuestos—. Lo segundo es mapear la cadena de suministro de manera muy clara. En ese sentido, una estructura y arquitectura organizacional sólida le permite a una empresa reaccionar con agilidad, identificar riesgos y diseñar nuevas estrategias. Para Zabludowsky es crítico que las empresas latinoamericanas busquen establecer alianzas con sus pares, clientes o proveedores en Estados Unidos, para que puedan comunicar sus prioridades y así llegar a un resultado favorable.
Guillermo hace eco de las palabras con las que cierra David y asegura que el sector privado debe tener mensajeros únicos para lograr una comunicación más efectiva. La diferencia entre la reacción y la anticipación, asegura, es un asunto de sistemas. Hay que incorporar el riesgo comercial y regulatorio como ejes centrales en la planeación, y entender las variables geopolíticas que están detrás de las amenazas arancelarias y sus manifestaciones. Ya no se trata solo de cálculos económicos: se han vuelto geopolíticos, y atenderlos implica comunicación clara y constante entre las áreas de comercio y asuntos públicos entre los tomadores de decisiones. Por último, rescata una capacidad de reacción temprana. De poco servirá esperar a que una medida esté publicada para comenzar a hablar con autoridades y asociaciones para ver cómo apuntar directamente hacia los tomadores de decisiones y comenzar, por ejemplo, con planes de proveeduría local.
19 de Diciembre, 2025
