04 de Julio, 2025
Este Mundial de Clubes ha sido de sorpresas, resultados inesperados y estrellas en ascenso. Desde el debut de Takeshi Wada del Urawa Reds japonés, con 16 años, hasta la victoria de Botafogo contra el PSG y el 4-3 del Al-Hilal sobre el Manchester City.
Sin embargo, si algo hemos aprendido sobre la logística deportiva, es que un partido es mucho más que el crack que corre por la cancha, con la pelota pegada al pie, dando pases imposibles o colocando goles al ángulo. La Copa Mundial de Clubes de la FIFA también es un desafío logístico y de producción de una enorme magnitud. Sobre todo en su formato extendido, que por primera vez llevó a 32 equipos a la competencia.
La logística es el corazón del Mundial, y lo primero que deben garantizar los profesionales del abastecimiento es que todo se mueva de manera fluida y eficiente. Compañías como Rock-it Cargo han sido designadas como proveedores logísticos oficiales —un trato que, además, se extendió a la Copa Mundial del 2026—, encargados de coordinar el movimiento de bienes y equipos a escala global.
Sin embargo, ¿cómo lo hacen? La operación implica el despacho, el traslado internacional de los bienes y la gestión de almacenes y operaciones en cada una de las sedes de los partidos del Mundial de Clubes. Por ejemplo, entre varias otras cosas, los organizadores deben asegurar que el equipamiento de radiodifusión, los equipos deportivos y los suministros de los patrocinadores siempre estén a un costado de la cancha y en los centros de entrenamiento. Esto no solo implica una gestión de movimiento, pues al interior de los complejos deportivos se vive una propia e intensa operación.
Una vez dentro de cada sede, se deben seguir estrictas reglas para la entrega de los materiales. Hay puntos de entrega específicos, y se requiere verificar la documentación para garantizar la seguridad y el cumplimiento de los horarios. Todos estos, saben las organizaciones y la misma FIFA, son aspectos críticos para el éxito operativo. La condición es muy sencilla: sin implementos, no se juega.
Uno de los ejemplos más claros de la necesidad de una operación meticulosa es la entrega de los balones. Si bien no hay una cifra exacta que esté públicamente disponible sobre la cantidad de pelotas utilizadas, se estima que para un torneo con estas características se usen cientos. Se dividen en los llevados a partidos oficiales, los balones para calentamientos y otros para los entrenamientos. Cada pelota —que este año fue la adidas FIFA Club World Cup 2025 Pro—, debe cumplir con estándares de calidad y recibir la certificación de la FIFA Quality Pro, sin ésta, no se garantiza su eficiencia en el juego.
Pero tampoco es tan sencillo como colocar un balón sobre el pasto y comenzar a jugar. Además de las pelotas, el abastecimiento de la copa se extiende a todos los materiales necesarios para el funcionamiento de los estadios, las zonas de entrenamiento, los centros de medios y áreas de hospitalidad. Piensa que todo debe llegar a tiempo: incluso los uniformes y petos para los voluntarios.
El partido de la sostenibilidad
El departamento de adquisiciones de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA tiene una meta bastante clara: la sostenibilidad. Actualmente, la organización implementa estrategias de sostenibilidad que guían la elección de proveedores y la compra de bienes y servicios. Esto implica, por ejemplo, priorizar a aquellas empresas que demuestren un compromiso con prácticas sostenibles al momento de licitar. Por ejemplo, suelen tener prioridad las empresas que utilicen materiales reciclados o tengan políticas de eficiencia energética, y que además aseguren condiciones laborales justas a lo largo de toda su cadena de suministro.
Una de las principales misiones de la FIFA es reducir el impacto ambiental de sus eventos, promoviendo el uso de energías limpias, la gestión eficiente del agua y la reducción de residuos.
Adaptemos un poco el clásico koan del árbol que cae en medio del bosque. Probablemente, el Mundial de Clubes no sería nada sin sus transmisiones —el fútbol es emocionante por sí mismo, lo sabemos, pero lo es tanto más cuando se comparte—. La transmisión global del campeonato es una operación masiva. Busca pintar las pantallas de los televisores de verde para aficionados de todo el mundo. DAZN ha sido un socio clave para lograrlo, obteniendo los derechos para la transmisión de este Mundial.
Sin embargo, ellos no corren solos en la carrera de la transmisión. Empresas como IMG han asegurado acuerdos de sublicencias con DAZN para transmitir el evento a través de canales exclusivos para aviones y cruceros. Los ejecutivos esperan que esto lleve los partidos mucho más allá, y le permita a las personas una conexión con el deporte incluso mientras viajan.
Y, por supuesto, no es nada sencillo. La producción televisiva requiere el despliegue de equipos de alta tecnología, unidades de transmisión y muchísimo personal técnico. Son bastante comunes los centros de producción centralizados, que reciben las señales de los partidos, y sobre la marcha se editan, añaden gráficos y se distribuyen a las emisoras globales.
No hay que ser un genio para asumir que todas estas tareas no se completan solas. El factor humano va mucho más allá de los artistas del balón, y la cantidad de personas que se necesitan para llevar el torneo a cabo es, sencillamente, impresionante. Para esta edición, por ejemplo, se abrió una convocatoria de 9,000 voluntarios en las ciudades anfitrionas.
Ellos, al igual que los equipos técnicos, de distribución, abastecimiento y transmisiones, han sido fundamentales para orientar a los aficionados, apoyar en los estadios y construir una eficiente logística interna al interior de los recintos deportivos. Cada uno de ellos fue reclutado, capacitado y tiene instrucciones para coordinarse. Si pensamos en los voluntarios —personas no profesionales ni preparadas— como otro valioso engranaje de la cadena de suministro, tenemos una operación logística en sí misma. Además de ellos, hay miles de miembros del personal de la FIFA, expertos en seguridad y profesionales de los medios de comunicación. Si bien estos últimos no están necesariamente coordinados con el torneo, no podría llevarse a cabo sin su participación.
Hoy, tendremos la oportunidad de ver la primera semifinal de este Mundial de Clubes. Un torneo que nació apenas el año 2000, pero que ya lleva consigo la eficiencia, pasión y magnitud de los grandes campeonatos.
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