“Deme 70 mil pelotas y toneladas de arcilla, por favor”. El arte de abastecer Roland Garros

“Deme 70 mil pelotas y toneladas de arcilla, por favor”. El arte de abastecer Roland Garros

Max Díaz Por Max Díaz

29 de Mayo de 2025

La aviación y el tenis están más cerca de lo que pensamos. Cuando la Federación Francesa de Tenis organizó una exclusiva competencia, en 1891, solo podían participar miembros de los clubes franceses. En ese entonces, el tenis vivía una especie de auge vanguardista, tanto deportivamente como en términos logísticos y de abastecimiento. Si bien hay expertos que proponen que fue inventado en el siglo XII, en ese entonces se parecía más a la pelota vasca que al elegante juego de raquetas actual. Para fines del siglo XIX, sin embargo, comenzaba a alzarse como un deporte que hacía dialogar la destreza con el refinamiento. Se armó la competencia y la bautizaron como Campeonato de Francia.

Las guerras desarman, alzan ídolos, hacen caer a otros y vuelven a posicionar prácticamente todo. Durante la Primera Guerra Mundial, los franceses se rindieron ante las facultades para la aviación de Eugène Adrien Roland Georges Garros. El primer piloto de guerra en cruzar el Mediterráneo, y que antes de ser abatido en 1918 se llevó consigo la impresionante cifra de sacar a cuatro aviones enemigos de los cielos.

Eugène Adrien —sorpresa— era un gran fanático del tenis. Así, en homenaje a su labor belicista, el torneo fue rebautizado con su nombre en 1928. Justo tres años después de que el torneo se abriera a jugadores internacionales.

Fuerza, arcilla, dominio

Pero esa no es la única particularidad del Roland Garros. El torneo francés es el único de los cuatro Grand Slam (junto con el Australian Open, Wimbledon y el US Open) que se juega sobre arcilla —el famoso polvo rojo de ladrillo—, una superficie que ralentiza el movimiento de la pelota y produce botes más altos. Si bien es un desafío, favorece a los jugadores con gran resistencia física, habilidad para los efectos y, sobre todo, paciencia.

A pesar de las complicaciones de la arcilla, la copa ha tenido dominadores indiscutibles. Probablemente, la primera fue Suzanne Lenglen, una de las primeras estrellas femeninas del tenis del siglo XX que, tras ser aprobada para participar —con una estricta norma de vestimenta—, ganó seis versiones del torneo. Gracias a ella, el trofeo femenino lleva su nombre. En cuanto a las versiones masculinas, Nadal tiene el récord absoluto de títulos: 14 campeonatos individuales masculinos que lo alzan como el jugador con más títulos en la historia del tenis.

El abastecimiento del tenis

Ahora mismo se está jugando el más importante de los torneos franceses. La competencia —que durará hasta el 8 de junio— tiene desafíos logísticos de los que se habla muy poco. No muchas personas piensan en la cantidad de arcilla o pelotas de tenis que deben ser compradas y llevadas a tiempo al Stade Roland Garros.

Se estima que la organización está encargada de adquirir entre 50,000 y 70,000 pelotas de la marca Wilson durante el cuadro final de la competencia. En 2017, para tener una referencia, se usaron unas 70,000 pelotas amarillas. Aproximadamente 5,000 diarias, y con un cambio constante que se da cada 9 partidos.

Probablemente esto abra la pregunta de qué pasa con todas esas pelotas una vez finalizado el torneo, pero al ser una tradición de tan larga data, la organización ya ha encontrado maneras de redistribuirlas. Las pelotas usadas se revenden en la tienda oficial del torneo o a clubes de tenis que les dan una segunda vida. La FFT (Federación Francesa de Tenis) también creó una operación llamada Balle Jaune —o Pelota Amarilla— para reciclarlas y construir suelos para competencias y pistas deportivas.

En cuanto a la arcilla, la organización adquiere toneladas para que las canchas estén en buen estado y con una usabilidad óptima. Se estima que cada día del torneo, se usan entre 100 y 150 kilos de arcilla en cada pista de tenis. Solo para la Philippe Chatrier, la cancha principal, se usan casi 1.5 toneladas de arcilla durante todo el torneo.

Cuando presenciamos espectáculos, eventos de importancia internacional o situaciones que despiertan una gran pasión colectiva, solemos olvidar que detrás de cada una de ellas hay un departamento de abastecimiento pujando por la eficiencia. Y Roland Garros no es la excepción: un torneo que fue bautizado por un aviador, pero que tras su nombre carga consigo todo un equipo de profesionales de Procurement.

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