“I’d like to buy the world a Coke”. La cadena de suministro perfecta de Coca-Cola

“I’d like to buy the world a Coke”. La cadena de suministro perfecta de Coca-Cola

Max Díaz Por Max Díaz

17 de Septiembre, 2025

El año 1971, Coca-Cola y la agencia de publicidad McCann-Erickson lanzaron “I’d like to buy the world a Coke” —algo así como “me gustaría comprarle una Coca-Cola al mundo”—, el comercial más caro en la historia hasta ese entonces. Comienza con una chica de ojos muy azules y cabello corto, diciendo que le gustaría comprarle una casa al mundo y amoblarla con amor. Conforme avanza, vemos a gente de aspectos diversos, que sostiene latas de la bebida más famosa del mundo, etiquetada en distintos idiomas. Hacia la mitad de la canción, cantan a coro que quisieran comprarle una Coca-Cola al mundo y, así, darles compañía. El mensaje era positivo y claro: llamar a la unión de los jóvenes del mundo. Para el final del comercial, los créditos nos dicen que Coca-Cola juntó a personas de todos los países para grabarlo. El factor que los une, logramos concluir, es la bebida. 

 

Un tónico a base de hojas de coca y nueces de cola

Probablemente John S. Pemberton no pensó que su idea tomaría tanta fuerza con los años. En 1886, Pemberton hizo un jarabe a base de hojas de coca y nueces de cola. Lo pensó como tónico medicinal, y su contador creó un logo para él: decía Coca-Cola y estaba escrito con su particular caligrafía.

El 8 de mayo de ese mismo año, el primer vaso de Coca-Cola se sirvió en una fuente de sodas de la Farmacia Jacobs, en Atlanta. Costó 5 centavos. Tuvieron que pasar trece años para que llegara la industrialización. En 1899, los abogados Benjamin F. Thomas y Joseph B. Whitehead compraron los derechos de embotellamiento por un dólar. 

Así, la bebida se empezó a distribuir a gran escala, fuera de las fuentes de soda. Desde entonces, The Coca-Cola Company vende el concentrado a una red global de socios embotelladores. Ellos se encargan de la producción y distribución local. La botella, tan icónica, llegó algunos años después, cuando en 1915, decidieron crear una forma fácil de reconocer, incluso si estaba quebrada en el piso.

El jarabe que se distribuye al mundo

Desde entonces, cada uno de sus 225 socios embotelladores procesa más y más Coca-Cola. Actualmente su ritmo de venta es de unas 1,900 millones de unidades al día. Para esto, The Coca-Cola Company ha construido una cadena de suministro prácticamente perfecta, que llega a todo el mundo y tiene procesos logísticos impecables. 

La logística de Coca-Cola funciona bajo la idea del perfeccionamiento constante. Siempre está enfocada en optimizar su cadena de suministro. Para lograrlo, decantaron por una producción descentralizada, así que toda su logística opera dentro del país donde sus productos serán consumidos. Cada planta de fabricación de Coca-Cola recibe sus materias primas priorizando asociaciones locales, así, aseguran, logran una mayor fluidez, minimizan el impacto medioambiental y abaratan costos.

Algunos socios embotelladores tienen mejor rendimiento que otros. En Latinoamérica, por ejemplo, Coca-Cola FEMSA abastece a 2.2 millones de puntos de venta en 10 países de la región. 

La bebida sale de la planta como concentrado. Pasan a las unidades de transporte y lo distribuyen a las plantas embotelladoras asociadas, que procesan el jarabe y lo mezclan con otros materiales, para ser convertidos en la Coca-Cola que conocemos. 

Una logística perfecta

La logística externa de Coca-Cola tiene por objetivo la innovación y la eficacia. Manejan tecnologías de optimización de ruta y transporte que son renovadas constantemente para acortar distancias y tiempos y disminuir sus emisiones. Algunos socios han adquirido, por ejemplo, camiones Kenworth T880, un vehículo que emite hasta un 83% menos de gases, además de tener un sistema de asistencia vial que previene incidentes.

Como toda compañía robusta, el área de Adquisiciones de Coca-Cola se mantiene informada: supervisan las fluctuaciones de oferta y demanda para sus materias y procesos logísticos, y cruzan los datos de las operaciones de ventas y la distribución. Así, elaboran inventarios más oportunos y ajustan la cantidad de productos que deben despachar. 

La popularidad de Coca-Cola no es solo fruto de la calidad del producto ni del dinamismo de sus envases. Es una reputación que se ha construido con una cadena de suministro sólida, resistente a las interrupciones y que conoce los puntos en los que debe posicionarse. Su constante búsqueda por la innovación y la búsqueda de nuevas tecnologías, además, los mantiene siempre a la vanguardia en cuanto a entregas y optimizaciones logísticas. Un largo proceso de abastecimiento que nos hace cantar “I’d like to buy the world a Coke”.

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