16 de Octubre, 2025
La tensión comercial entre Washington y Pekín se intensifica. Diversos medios de todo el mundo han reportado que la decisión de China de restringir las exportaciones de tierras raras y materiales para baterías minó las relaciones. El Ministerio de Comercio chino anunció que a partir del 8 de noviembre se aplicarán controles más estrictos a los envíos de tecnologías de tierras raras, baterías de litio y materiales de ánodos de grafito, además de las limitaciones ya vigentes sobre galio y germanio. Estos materiales son insumos clave para la fabricación de productos de alta tecnología, como electrónica, vehículos eléctricos y defensa.
El presidente Donald Trump respondió a esta medida con el plan de imponer aranceles adicionales del 100% a las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre. Estos nuevos gravámenes se aplicarían sobre los aranceles ya existentes, duplicando efectivamente el costo de entrada de muchos productos chinos al mercado estadounidense. Adicionalmente, Trump indicó que Estados Unidos implementará nuevas restricciones a la exportación de software crítico, aunque sin proporcionar detalles.
Esta escalada pone fin a una tregua de meses entre ambas potencias, que buscaban un acuerdo comercial más amplio. Los nuevos aranceles ponen en riesgo a sectores de la cadena de suministro global dependientes de insumos chinos, especialmente los ligados a la tecnología y las energías renovables. La confrontación, además, acelera la tendencia de separación industrial entre ambos países, donde la seguridad de los suministros está ganando prioridad sobre la eficiencia de costos.
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