Retos para México: aranceles al acero, el vecino del norte y las medidas de su presidente

Retos para México: aranceles al acero, el vecino del norte y las medidas de su presidente

Victor Manuel García Por Victor Manuel García

30 de Junio, 2025

En mis más de 20 años trabajando en la industria metalmecánica he visto de todo: crisis de materias primas, guerras de precios, devaluaciones y disrupciones logísticas. Sin embargo, lo que estamos viviendo hoy con los aranceles al acero y aluminio no es solo una nueva piedra en el zapato. Es un temblor estructural en las reglas de juego que habíamos aprendido a navegar.

Y lo más preocupante no es el golpe inmediato —que ya es fuerte—, sino el ruido de fondo que genera: una sensación de incertidumbre permanente que congela decisiones, frena inversiones y debilita el crecimiento de toda una industria y de un país. 

Solo para dar contexto, veamos lo que ha pasado en los últimos meses:

El 1 de febrero, el presidente Trump anunció aranceles del 25% para productos de México y Canadá, apelando a razones migratorias, de seguridad y comercio exterior. Tras una breve suspensión negociada con ambos países, los aranceles se hicieron efectivos el 4 de marzo para todo lo que no está cubierto por el T-MEC. 

El 12 de marzo se impusieron aranceles globales del 25% a las importaciones de acero y aluminio. Desde entonces, las industrias relacionadas con este sector han sufrido de frente las consecuencias; y de una manera mucho más severa desde que el arancel aumentó al 50% para el 2 de junio. Estas tarifas afectan tanto a productos primarios como a manufacturas que usan estos insumos y los procesan para exportar a EE. UU. En la práctica, las empresas enfocadas a la exportación han visto una reducción de ventas de entre 40% y 60%.

Además, el cálculo del arancel para manufacturas no aplica sobre el costo total del producto, sino exclusivamente sobre el contenido de acero o aluminio, lo que exige precisión técnica y trámites adicionales al momento de pagar en aduanas estadounidenses.

El 3 de abril, otro arancel del 25% entró en vigor, afectando especialmente a la industria automotriz mexicana. Tras nuevas negociaciones, la tarifa se redujo al 15% en mayo, con exenciones para México y Canadá siempre que se cumplan las reglas de origen del T-MEC.

¿Cómo se vive esto desde el terreno, en lugares como Nuevo León?

Aquí, donde la industria metalmecánica es el corazón productivo, se sienten los efectos en cada eslabón: desde los proveedores de materias primas hasta los talleres de maquila y las grandes ensambladoras. 

Hoy por hoy, las órdenes de compra se han ralentizado, los planes de expansión están en pausa, y muchas PYMES están luchando por su supervivencia

En 2024, el comercio bilateral entre México y Estados Unidos alcanzó exportaciones desde México por 512,570 millones de dólares, e importaciones por 334,041 millones. Dentro de estos flujos, se exportaron 6,500 millones de dólares en acero, 2,033 millones en aluminio, y 110,000 millones en autopartes y ensambles metalmecánicos. A pesar de ese volumen, la balanza comercial en acero y aluminio es deficitaria para México. Y estos números siguen bajando: durante mayo pasado, el valor de las exportaciones de productos de acero de México a Estados Unidos fue de 209.7 millones de dólares, representando una caída anual del 34.8%, de acuerdo a la Oficina del Censo Estadounidense, marcando el cuarto mes consecutivo de disminución. 

El gobierno mexicano ha intentado convencer al vecino del norte de reducir los aranceles, pero con escasos resultados. Hoy, el Banco de México estima que el crecimiento económico para 2025 será de apenas 0,1%, muy por debajo del 1,2% logrado en 2024. Las causas: incertidumbre arancelaria, caída del consumo, menor inversión y una reforma judicial que genera desconfianza.

La pujante industria de la manufactura de exportación de México a los EEUU está bajo seria amenaza

Porque este no es solo un tema de costos. Es un tema de confianza. Las empresas estadounidenses están empezando a mirar hacia adentro, buscando proveedores nacionales que no estén sujetos a los vaivenes políticos de Washington. Y eso podría cambiar la dinámica del nearshoring que tanto ha impulsado a México en los últimos años.

Una industria en manos de los acuerdos entre naciones

Y lo cierto es que, en este momento, casi nadie se atreve a pronosticar acciones para mitigar esta situación. El destino de la industria parece estar en manos de la esperanza de que pronto el gobierno mexicano logre una negociación con Donald Trump. Ahora mismo, nuestro Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, está trabajando en que esto se haga realidad.

Una lección para el resto de Latinoamérica

Lo que estamos viviendo no es exclusivo de México. Es una advertencia para toda la región: depender de un solo mercado —por grande que sea— tiene costos cuando la política reemplaza a la estrategia.

Hoy es el acero, mañana pueden ser la agroindustria, el litio o los servicios digitales.

En momentos como este, diversificar mercados, fortalecer el contenido regional y reducir vulnerabilidades externas ya no es solo buena práctica. Es una cuestión de supervivencia.

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