30 de Mayo, 2025
La Casa Blanca sigue abriendo y cerrando caminos para el comercio. Ahora, Donald Trump retrasó la implementación de un arancel del 50% sobre las importaciones europeas. Su nueva fecha es el 9 de julio —originalmente estaba pensada para implementarse el 1 de junio—, y alega falta de progreso en las negociaciones comerciales y barreras injustas de parte de la Unión Europea.
La noticia tiene al mundo del abastecimiento en vilo. Se siente el clima de tensión mientras la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, levanta el teléfono para hablar con el presidente de Estados Unidos —y de los aranceles—. Pues, a medida que las negociaciones siguen fallando, los líderes de las áreas de abastecimiento deben prepararse para altos impactos en los precios de sus productos; replantear las relaciones con sus proveedores y poner a prueba la resiliencia de su flujo comercial.
De acuerdo al medio especializado en Procurement Supply Chain 360, Trump está insatisfecho con el ritmo de las negociaciones, que han pasado por aranceles de un 20% y un 10% desde abril de este año. Ahora mismo, el líder de la Casa Blanca asegura que hay desequilibrios estructurales en la relación transatlánticas, y esto incluye los impuestos al valor agregado y las restricciones regulatorias para las empresas estadounidenses.
Muchos líderes del Procurement han preferido adelantarse a esperar otro retraso en los aranceles a la Unión Europea. Ahora mismo, muchos están acelerando sus envíos. Sin embargo, las industrias con márgenes ajustados y una fuerte relación comercial con la UE, enfrentan el mayor riesgo. Mercados como el automotriz, el aeroespacial y la electrónica de consumo, comienzan a ejecutar escenarios de costos. Algunas empresas ya están trasladando su producción a mercados fuera de la UE, como el norte de África y el sudeste asiático. Parece que la mayor incertidumbre se la están llevando los minoristas europeos: quienes importan bienes locales de alto valor, como vino, ropa y artículos de cuidado personal, ven un horizonte difuso.
Ahora, la prioridad de las áreas de Procurement no es solo adelantarse a la contingencia, sino institucionalizar su capacidad de respuesta comercial. Se están reevaluando dependencias de proveedores, se refuerza la coordinación entre equipos de Procurement y se actualizan los modelos de precios para reflejar la volatilidad.
Suponer que la estabilidad comercial llegará pronto ya no es una estrategia. Ni siquiera una corazonada viable. Ahora, la resiliencia y la gobernanza en el abastecimiento son la base.
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